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viernes, 4 de diciembre de 2009

valparaíso

decidí que una de las cosas que me faltaba hacer antes de salir de chile era conocer a la ciudad porteña de valparaíso, así que fui allá por dos días para caminar y explorar. valpo tiene una gran dualidad: el centro de la ciudad en el área plano al lado del mar es de verdad muy normal y no impresionante, pero los cerros que se levantan al fondo son tesoros únicos con sus calles tranquilas y casas de mil colores construidas irracionalmente una encima de otra, con la vista al mar y el viento fresco siempre presentes.
lo primero que hice a llegar a valpo fue buscar la casa de neruda que está allá: la sebastiana. para conquistar el cerro en el que se encuentra, subí uno de los ascensores antiguos (pero muy útiles) que caracterizan a valpo para evitar subir a pie la peor parte del cerro.


entonces caminé por las calles del cerro bellavista, sacando demasiadas fotos porque había tantos vistas lindas y colores brillantes por todos lados que no podía no documentarlos. además de los colores de las casas, este cerro estaba lleno de murales y graffitis únicos.



después de subir mucho, encontré la sebastiana, una casa bastante normal desde afuera salvo que tiene cinco pisos.


igual a las otras casas de neruda, está llena de objetos y arte de todo el mundo, y excentricidades que demuestran la mente creativa del poeta. ejemplos: un caballo de carrusel puesto a un lado del living redondo para que la gente se sienta siempre alegre; la entrada desde una calle escondida que consiste en una escalera de caracol y un portón de vidrio colorado; un sillón que neruda bautizó 'el nube', donde se sentaba al lado de la ventana para ver el mar. de verdad, el tesoro más precioso de esta casa de neruda es la vista. cada piso cuenta con una vista espectacular sobre toda la bahía, con los cerros vibrantes de valpo a ambos lados. neruda lo describió así en su poema "maremoto": "El océano Pacífico salía del mapa. No había dónde ponerlo. Era tan grande, desordenado y azul, que no cabía en ninguna parte. Por eso lo dejaron frente a mi ventana." de verdad eso describe perfectamente el paisaje de agua azul y brillante que llena toda la casa a través de las ventanas.


después de una noche divertida en la casa de jay y un desayuno maravilloso preparado por isabel, salí a recorrer la ciudad de nuevo el próximo día. pasé unas horas explorando los cerros concepción y alegre, que igual al cerro bellavista son muy bonitos con todos sus colores, y además son conocidos por todos los talleres, tiendas, y galerías de diseño independiente de arte, ropa, joyas, etc. visité muchos de ellos, incluso el taller de piti, la hermana de jay. ella diseña ropa de lana teñida en colores brillantes con una textura única, y me gustó mucho.



luego me bajé a la zona porteña y el muelle principal de la ciudad, y subí a una lancha para un tur de la bahía. vi todas las máquinas de cargar los buques, los buques comerciales y de la armada chilena, y aún unas focas disfrutando del sol :)


miércoles, 2 de diciembre de 2009

la 412

la 412 es la micro que me lleva hasta mi casa, y tenemos una relación de amor y odio- aunque me siento como la mayoría del tiempo es una de odio. las micros no tienen horarios en chile y por lo tanto es bien común esperar a la parada por diez o veinte minutos (o más) antes de que pase una micro. pero me he acostumbrado a eso, y mi amor para la 412 viene del hecho de que me lleva literalmente desde mi casa hasta el otro lado de la ciudad- muy conveniente. esta noche mi experiencia con la 412 fue perfecta: alcancé probablemente la última micro de la noche (el servicio se para a la una, y ésta pasó por la casa de javi a la 1:20), y fui la única persona en toda la micro! la amorosa 412 me llevó como una reina, solita en mi coche elegante y comiendo los arándonos que pablo me regaló :) nunca, NUNCA en mi vida he estado sola en una micro- usualmente estoy apretada con toda la gente, sudando, y bien incómoda- así que eso fue el fin perfecto a una noche perfecta con los amigos. voy a echarles todos mucho de menos y no puedo creer que todavía me queda una semana aquí.