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domingo, 20 de septiembre de 2009

fiestas patrias

pasé este fin de semana con analis y su familia chilena en la casa de sus abuelos en lo miranda, un pueblo en el campo uno o dos horas al sur de santiago. el 18-19 de septiembre es un feriado nacional en chile para celebrar el aniversario de la independencia del país, y me parece que es el feriado más importante de todo el año. no existe nada así en los estados unidos: es como una mezcla del aspecto familiar de navidad/thanksgiving (pero acá reunirse con familia no es algo opcional, es algo que cada persona hace sin falta porque la familia es un componente muy importante de la sociedad latinoamericana), con la cantidad de comida de thanksgiving (pero mucho más- como cuatro cenas/almuerzos en vez de solo uno), con el orgullo nacional del 4 de julio (pero porque la cultura tiene más elementos tradicionales que se celebra, todos lo toman más en serio de simplemente hacer fireworks). aún las casas más simples y más pobres tienen su bandera chilena a fuera. este fin de semana tuvimos todos las partes tradicionales de una fiesta dieciochera:
1) decoraciones: tuvimos nuestra bandera chilena y el patio estaba bien decorada en rojo, blanco y azul.
2) familia y amigos: nos quedamos en la casa de los abuelos, las dos hermanas de la abuela viven en las casas alrededores con unos hijos, hijas, pololos, nietos, etc., y además unos amigos de los padres de analis vinieron con sus hijos, así que había alta gente para festejar.
3) asado: comer carne a la parilla es absolutamente necesario para celebrar el dieciocho. comimos y comimos y comimos hasta no pude comer más! había choripan, vacuna, cerdo, pollo, TODO, y parecía que nunca se acabara- hicimos un asado el viernes y el sábado para almuerzo y ambas veces comimos las sobras para la cena. también había muchas ensaladas, pan, y postres.
4) bebidas: el dieciocho es un día para todos a emborracharse así que el vino y la cerveza nunca estaban ausentes.
5) música y baile: el radio tocaba música de todos tipos, y toda la gente bailaba cueca, cumbia, merengue, salsa, y también reggaeton
cuando no estábamos ocupadas festejando, analis y yo disfrutamos el tiempo caminando por lo miranda. hacía sol pero no demasiado calor así que eran unos días ideal para disfrutar de estar a fuera. lo miranda, como cada pueblo latinoamericano, tiene su plaza de armas y su iglesia al lado, pero unas cuadras más lejos las calles cambian de cemento a tierra. fue lindo ver todas las casas en preparación para sus asados. en nuestro camino encontramos autos, caballos, y tractores, todos usando las mismas calles. pasamos por el pequeño cementerio y por huertas de árboles de durazno cuyos flores eran de un color rosado brillante, y gozamos de las vistas de los cerros cercanos y la cordillera de los andes a la distancia.


habían muchos gallos y gallinas, vacas, caballos, y burros en los campos- lo miranda es definitivamente un pueblo campesino. antes de este fin de semana yo pensaba que los gallos solo hacen sus "cock-a-doodle-doos" al amanecer, pero después de escucharlos todo el día a todas las horas ya sé que eso no es cierto- unos gallos muy atrevedores aún cantan a medianoche, no tengo idea porqué. pero en nuestro primer día de caminar, no escogimos la calle correcta y estábamos un poco perdidas, pero al fin fue una de las cosas mejores del finde- encontramos un rodeo! rodeo es el deporte nacional de chile, y lo miranda tenía su propio estadio pequeño (ya sabemos porque habían tantos caballos y vacas!) entramos y miramos un rato. fue muy entrete ver como es un rodeo y como se visten los huasos (la versión chilena de un gaucho) con sus sombreros y spurs gigantes.


pasear por el pueblo caminando fue unas de mis partes favoritas del finde porque pude conocer mejor la corazón del pueblo- hicimos tres paseos de 1.5 o 2 horas cada una así que vimos mucho del pueblo y el alrededor! y siempre cuando volvimos a casa había una hamaca con el sol y unos libros esperándonos para descansar- paraíso :)
mi otra parte favorita fue ver como se hace las empanadas y el pan amasado absolutamente a mano. la abuela de analís preparó la masa del pan en una gran mesa y después la separó en pequeños pedazos y los echó al horno rústico que estaba detrás de la casa. al fin comimos el pan calentito con mantequilla y fue increíble! podía haber comido un millón de ellos, muy muy ricos.


el domingo estábamos tristes de regresar a santiago, pero salimos "en estilo" sentadas en la parte abierta de la camioneta de la familia de analis :) (but don't worry mom, this was not permitted for the whole ride to santiago, just to the train station the next town over :) )

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